martes, 20 de octubre de 2009

12 actitudes para adoptar y sentirse bien



Hace algún tiempo atrás, a raíz de una situación límite de stress, recibí un “sacudón” que hizo que se desencadenaran en mi, actitudes y emociones que nunca antes había tenido, y que se acentuaran otras que si había experimentado pero con menor frecuencia o intensidad.

Fue una época de inestabilidad y crisis emocional, y como tal, trajo mucho aprendizaje, autoconocimiento y crecimiento personal.

Lo primero que aprendí es que, en momentos de crisis, o nos dejamos llevar por el sentimiento de víctima que nos produce, convencidos de que otros tienen la culpa por lo que nos está pasando, y definitivamente nos hundimos con ella, o nos prometemos a nosotros mismos salir adelante, aunque a priori nos cueste ver la salida, y nos focalizamos en ese camino, manteniendo la fe y la perseverancia, aunque a veces pareciera que cuando damos un paso para adelante damos dos hacia atrás. La decisión está en nuestras manos y somos los únicos responsables de la decisión que tomemos.

El proceso de salir de una crisis no es divertido, no es fácil y no es rápido, pero solamente por todo lo que aprendemos, ya vale la pena vivirlo.

La vida constantemente nos invita a crecer, y en todo sentido. Lamentablemente a veces, el ritmo que llevamos del diario vivir, hace que, en ocasiones, posterguemos por mucho tiempo el crecimiento en algunos planos, y es ahí cuando la vida misma se encarga de recordarnos que es tiempo de seguir creciendo, así tenga que hacerlo con algún fuerte “sacudón”.

Desde ese entonces me he venido interesando, más fuertemente que de costumbre, en temas relacionados con el crecimiento espiritual y personal, así como también en temas que tratan sobre el manejo de la energía para fines curativos y la medicina alternativa.

He leído varios libros y artículos (la mayoría de ellos publicados en la Web) y he participado activamente en charlas y cursos sobre esta temática. Siempre tomando nota de lo que consideraba más importante sobre cuanto leía o escuchaba. La mayoría de esas notas forman parte de alguna de las 12 actitudes que describo más adelante.

Noté que se ha escrito mucho sobre estos temas y que prácticamente todos tienen el mismo hilo conductor y el mismo objetivo: ayudar al lector a alcanzar su bienestar.

También me encontré con libros y artículos en la Web que concluían que a la felicidad o bienestar era producto de lograr el éxito económico, de gozar de una buena salud, de mantener una buena alimentación, etc. y por lo tanto, cada uno de esos libros o artículos describían un método, procedimiento o “receta” para alcanzar el éxito económico, la buena salud, etc.

Personalmente no estoy convencido de que exista una receta para que cada uno de nosotros pueda alcanzar eso que llaman “Felicidad” y, por el contrario a lo que he leído en la mayoría de esos libros o artículos, creo que el éxito económico, una buena salud, etc. justamente son el resultado de vivir una vida plenamente feliz y no al revés.

Creo que existen distintos caminos que nos conducen a la Felicidad. O mejor aun, creo que la Felicidad la podemos disfrutar justamente a lo largo de todo ese camino que recorremos, y no precisamente una vez que alcancemos ese determinado “punto de llegada” que, a priori, ni siquiera sabemos cual es.

Creo que la Felicidad consiste en recorrer a pleno ese camino llamado “Vida”, con amor, honestidad, sabiduría, humildad, paciencia y persistencia, siempre en armonía con nuestro planeta y con todos los seres que lo habitan.

La Felicidad es vivir cada día como si fuera el último, agradeciendo el poder elegir y eligiendo vivir con alegría. Tenemos libre albedrío, en nosotros está usarlo para elegir aquello que sume y no que reste, que una y no que separe, que de vida y no que mate, en definitiva… aquello que nos haga Feliz!!

Más allá de esto, de lo que si estoy convencido, es de que existen actitudes que, si las adoptamos y las mantenemos de manera constante, nos ayudarán a estar cada día mejor.

Personalmente no creo ciegamente en todo lo que leo en libros o artículos publicados en la Web, pero si algo me interesa y considero que podría aportar positivamente para mi crecimiento personal, profundizo en el tema y eventualmente intento ponerlo en práctica. Por eso no les pido que crean ciegamente en lo que pretendo transmitir, pero si que, si pueden y tienen ganas, adopten durante algún tiempo las actitudes que describo a continuación, y comprueben por ustedes mismos que realmente aportan algo positivo a vuestras vidas. Cuanto antes comiencen antes verán los resultados.

La clave consiste en ser constantes, estar atentos a nuestras actitudes, evaluarlas en cada momento, y corregirlas si es necesario. Es un ejercicio, y como tal quizás requiera un esfuerzo de nuestra parte al principio, pero después seguramente lo haremos de forma natural.

Les deseo mucha suerte y espero que sirva el aporte.

Ahora si… aquí van Las Actitudes:

1) Ama a todos por igual. Al hacerlo, desinteresadamente, sentiremos como somos retribuidos en ese amor y veremos como, tarde o temprano, el mundo conspira para hacernos sentir bien.

Jesús vino a este mundo para transmitirnos esto como su principal mensaje.

Seguramente no resulte fácil, dado que lamentablemente nuestra cultura no nos ha acostumbrado a ello, pero… que distinto sería el mundo si cada uno de nosotros cumpliera tan solo este punto.

Dicen que para cambiar al mundo debemos empezar por cambiar nosotros mismos, así que sería muy bueno si pudiéramos dar ese primer paso.

Cuando definitivamente nos demos cuenta de que todos somos uno, será el comienzo de un cambio importante en la vida de los seres humanos.

2) Haz siempre la recta acción sin esperar recompensa y sin cuestionar si esa acción puede ser o no beneficiosa para ti. Ese sentimiento de saber que estamos haciendo el bien al prójimo, sin esperar recompensa, nos da mucha paz y bienestar interior.

3) Mantén pensamientos positivos. Podría decirse que este es uno de los puntos más importantes. Nuestra mente es como un jardín. Si sembramos flores y lo cuidamos seguro vamos a ver crecer hermosas flores, pero si descuidamos nuestro jardín, las malezas comenzarán a tomar posesión, y no cabe duda que sería peor aun si además “sembramos maleza”.

Como podemos “cuidar nuestro jardín”? Manteniendo pensamientos nobles, íntegros (alineados con nuestra recta acción) y realizando afirmaciones positivas con fe y convicción. Por ejemplo afirmando con total convicción (incluso en voz alta si lo deseamos) los siguientes decretos: Estoy sano, vivo en armonía, tengo paz interior, soy fuerte, tengo fe, tengo valor y coraje, alcanzo mis objetivos, soy exitoso/a, vivo en la abundancia, soy querido/a, soy hermoso/a, soy inteligente, soy jovial, siempre estoy de buen humor, disfruto de la vida, etc.

El mantener este tipo de pensamientos hará que nuestro cuerpo esté siempre en armonía (o vuelva a ella si estamos pasando por un momento de inestabilidad) y por lo tanto se mantenga totalmente sano.

…y si viene a nuestra mente un pensamiento negativo (de miedo, preocupación, enojo, etc.) lo detenemos y neutralizamos inmediatamente, antes de que nos afecte, y siempre con una postura tranquila, sin dejar que nada nos desestabilice en lo más mínimo.

…y como podemos detener y neutralizar esos pensamientos negativos? …Simplemente poniendo pensamientos positivos en su lugar. No importa cuales, lo importante es que sean buenos pensamientos, como por ejemplo agradecer. Seguro siempre tendremos algo que agradecer… (el aire que respiramos, el poder ver, el poder sentir, el tener un cuerpo que nos permite valernos por nosotros mismos, etc.).

Esto nos ayudará a mantenernos siempre centrados ante un eventual problema, sin dejar que ese problema o mal momento nos saque del estado de armonía.

Sería ideal si además pudiéramos tomarnos por los menos 15 minutos diarios para ejercitar nuestra mente con pensamientos positivos. Podemos buscar un lugar cómodo donde sentarnos o recostarnos, poner música agradable si lo deseamos, y ponernos a “meditar” durante algunos minutos.

Una posible meditación consiste en visualizarnos en un lindo y tranquilo lugar, con mucho sol y naturaleza, sintiendo como un agua muy pura, limpia y cristalina recorre cada parte de nuestro propio cuerpo desde la cabeza hasta los pies, limpiando nuestro stress, ansiedad, angustia, y a la vez nos carga de optimismo, vitalidad, alegría, etc.

Otra posibilidad sería visualizarnos cumpliendo nuestro sueño.

En definitiva, lo que queramos, obviamente siempre debería ser algo que nos haga sentir bien.

4) Toma cada mala situación como un aprendizaje. Seguramente si, en lugar de lamentarnos o sentirnos víctimas de la situación, nos detenemos por un momento a analizar eso malo que nos pasó, encontraremos algo que aportará para nuestro crecimiento personal. A veces cuesta encontrarlo, a veces no podemos verlo hasta ya pasado algún tiempo, pero en general, en el 99% de las ocasiones, está allí, esperando a que lo descubramos.

Pensemos por que nos sucedió, de que forma contribuimos para que sucediera, que pudimos haber hecho mal, que pudimos haber evitado, que hizo que se desencadenaran los hechos que terminaron en eso malo que nos sucedió. Si encontramos el porqué, el desencadenante, habremos encontrado algo que rescatar de esa mala situación, habremos aprendido, y cuando aprendemos estamos creciendo.

Si definitivamente no vemos nada para rescatar de esa situación, sigamos adelante, seguramente tendremos nuevas oportunidades para crecer. Puede que en verdad no haya nada que aprender de esa situación puntual o que no lo estamos pudiendo ver ahora y lo veremos más adelante, en el futuro.

5) Agradece lo que tienes y compártelo con los demás. No importa si es mucho o poco. Todos tenemos algo para agradecer y compartir. Seguro si dedicamos unos minutos a pensar en todo lo que tenemos, vamos a darnos cuenta de que en realidad tenemos mucho que agradecer.

Es necesario cultivar el hábito del agradecimiento por todo lo bueno que ocurre en nuestras vidas, y hacerlo continuamente.

Debemos focalizarnos siempre en el “medio vaso lleno” y no en el “medio vaso vacío”.

Y al compartir lo que tenemos, sentiremos el placer de saber que estamos haciendo más felices a las personas con quien compartimos.

6) No intentes cambiar a las personas, cambia tu, crece tu y le estarás mostrando el camino para que ellas cambien su mentalidad, su forma de ser y crezcan por si mismas.

7) No debes aferrarte a cosas perecederas, ya sean materiales, como por ejemplo, un auto, una casa, etc. así como tampoco a personas. El no aferrarnos nos evitará muchísimo dolor. Por el contrario, si debemos aferrarnos a un crecimiento espiritual constante. Todo lo que crezcamos espiritualmente no se pierde, lo mantenemos en cada reencarnación y lo seguimos potenciando en cada una de nuestras vidas.

8) Busca tu cometido en la vida y llévalo a cabo. Todos tenemos un cometido en la vida, una tarea que venimos a hacer, solo mirando bien profundo en nuestro corazón y escuchando nuestra voz interior vamos a saber cual es esa tarea (para escuchar nuestra voz interior tenemos que apaciguar nuestras emociones y nuestra mente). Nos daremos cuenta porque tendremos muchas ganas de hacer eso que nos dicta nuestro corazón. Estaremos muy entusiasmados tan solo con la idea de comenzar a trabajar en ello.

Una vez que encontremos nuestro cometido en la vida, si lo llevamos a cabo, nos vamos a sentir muy bien y vamos a acelerar nuestro camino a la felicidad.

9) Nunca te sientas solo porque no lo estas. Jesús dijo: “El reino de nuestro Padre está en el corazón de todos y cada uno de los seres humanos”. Dios está con nosotros en cada momento. Podemos interactuar con nuestra voz interior cuando queramos, sin importar donde estemos.

10) Pide a Dios lo que necesites, con fe y convicción, y te será otorgado. Si pedimos manteniendo la seguridad de que obtendremos eso que pedimos, tarde o temprano lo veremos hecho realidad. Por eso debemos pedir y pensar en grande, en salud no en enfermedad, en dicha no en tristeza, en abundancia no en miseria. Como ya dijimos, debemos elegir pensar siempre en positivo.

También podemos pedir la protección de los ángeles en los momentos difíciles. Cada uno de nosotros tiene sus propios Ángeles de la Guarda o Guías Espirituales. A ellos podemos pedirle que nos guíen y nos protejan cuando estemos en una situación difícil de transitar. Como siempre, cuando pedimos a los seres espirituales superiores o a Dios mismo, debemos hacerlo con mucha fe y convicción de que nos será dado lo que pedimos, esa es la clave del éxito.

11) No te enfades ni te angusties. Ante una provocación de un tercero, debemos mantener la calma y la fuerza interior. Si alguien dice o hace algo como para intentar herir nuestros sentimientos, debemos mantener la calma, sin entrar en la discusión, debemos saber que esa persona seguramente tiene muchos problemas, no está pudiendo manejar su situación y por eso se siente mal y agrede a los demás. Si sentimos lástima y amor por esa persona notaremos inmediatamente que lo que nos ha dicho, o nos ha hecho, no nos afecta en lo más mínimo, y tarde o temprano, esa persona se dará cuenta del error que está cometiendo al agredir a los demás.

12) Sigue creciendo por más que sientas que ya has crecido lo suficiente. Una vez que “trabajemos” durante algún tiempo y en forma constante en los puntos anteriores, nos vamos a sentir muy bien con nosotros mismos y con todo el entorno, hasta, en cierta forma, superiores a los demás por haber aprendido a dominar nuestra mente, nuestras emociones, ver todo lo que podemos lograr con eso, y ver que otras personas aun están en ese período de aprendizaje o, peor aún, no conocen la verdad. Cuando esto pase, es importante no quedarse en ese estado de bienestar, por el contrario, debemos anhelar seguir avanzando, seguir creciendo espiritualmente, porque se dice que hay algo mucho más bello todavía, algo que ni siquiera podemos imaginar, y solo llegando a ese estado vamos a poder comprobar lo maravilloso que es. También se dice que una vez que lleguemos a ese estado, ya no reencarnaremos más como seres humanos, sino que nos transformaremos en otro tipo de ser, mucho más elevado, viviendo una vida de satisfacción total.

Con esto simplemente quise compartir las 12 actitudes que a mi me están ayudando a sentirme cada día mejor. Seguramente hay muchas más. Te invito a que pongas a prueba estas y a que compartas las tuyas. Estoy seguro que entre todos podemos lograr un mundo mejor.

Alejandro Bique

alebique@hotmail.com